jueves, 17 de julio de 2008

Sin Araújo, menos pujo...y la meritocracia

Sin Araújo, menos pujo…y la meritocracia.
Por: Luz Dary Echeverry Serrato
Al Ex Canciller Fernando Araújo “Buen viento y buena mar”. Con su renuncia ordenada, nuevamente ex. De ex secuestrado a ex canciller.
Toda persona que haya sido víctima de la infamia del secuestro, merece nuestra admiración, la mía, es plena. En primer lugar, por la fortaleza espiritual que se necesita para sobrevivir a ese “estar muerto en vida”, o, “vivo, muerto” que ahora, algunos pretenden llamar “cautiverio” o “retención”, como si los secuestrados fueran un impuesto que tuviéramos que pagar en Colombia. Sin duda el Ex, en mención como los millares de secuestrados que hay en el país, los liberados y los fugados, se han ganado a pulso, mi respeto y consideración.
Mi mente y espíritu son demasiado frágiles para sobrevivir a esa tortura; por esta razón, en diálogos familiares, donde el tema del secuestro es obligado, no dudo en pedir a mis seres queridos, que si esa desgracia me sucediera, no busquen mi liberación con diálogos o accediendo a extorsiones. Si no a “sangre y fuego”. Es justo para las personas vivir y sentir la última despedida de sus seres amados, esposos, padres, hijos, madres… el funeral. Es estar de frente a la ausencia definitiva, ayuda a superar el duelo, a agradecer los momentos compartidos, las alegrías, las enseñanzas, los recuerdos. Ayuda a curar la herida. Porque el vacío que una persona amada deja, nunca se llena.
No es justo, que quienes hemos logrado en decenas de años con el tesón del estudio, el trabajo constante y la perseverancia, adquirir una mediana calidad de vida, un patrimonio familiar para nuestros hijos, tengamos que quedar en la miseria por un secuestro extorsivo. Lo cual además, significaría ponerle precio a la vida y la vida es todo lo que uno ha hecho, hace y es; yo cambiaría el título del famoso cuento: “Díles que no me maten”, “por favor, diles que lo hagan, en esas condiciones de cadenas, alambres de púas, hambre, maltrato, soledad, dolor; para mí, morir sería descansar”.
Morir cada segundo, es no ver a mis seres amados, no compartir con ellos, no poder leer ni escribir y padecer todos los vejámenes que han sufrido y sufren los secuestrados y las familias que viven en constante pena, en el desespero de esperar al que no llega.
Por todo esto, el Ex canciller Araújo y todos los sobrevivientes de este cáncer, les expreso mi admiración. Salen fortalecidos, resucitados de esa dolorosa experiencia. ¡LOS FELICITO!, con mayúsculas sostenidas.
No obstante, ahora pasa con el Ex, lo mismo que con los muertos “No hay muerto malo”, todos afirman: “Tan bueno que era”.
¡Mentira! El Ex, muchas veces, me hizo sentir vergüenza ajena, mejor propia, porque soy colombiana. Extrema su pobreza de vocabulario, su lenguaje simple, plano, como diría mi Maestro Julio César Londoño, su falta de argumentos, de audacia y de conocimiento para representar a nuestro país. Creo que la Virreina Universal, Tatiana, a pesar de la respuesta en falso, del evento, con su carisma y su cuna diplomática, lo hubiera hecho mejor. Abriría las puertas del mundo, con talento y gracia, para que Colombia por lo menos, sea escuchada.
Que no vengan ahora a decir, como repican algunos columnistas de opinión y voces que se escuchan que al Ex, “le tocó un mal momento internacional” Ese es un eufemismo para tapar una gestión opaca, per se.
¡Qué pena! El Presidente fue tan generoso con él, que so pretexto viaje oficial al Japón, lo envío de vacaciones con todo pago, hasta viáticos a costa del Estado.
Tal vez, ahora sin puesto importante, El Espectador o la Revista Semana puedan pedir a Alfredo Molano, Héctor Abad faciolince o William Ospina, una crónica como la de “Topusco” e “Ituango”, sobre “Chambacú, corral de negros”, novela de Manuel Zapata Olivella, gloria de las letras colombianas. En la cual la imaginación se corta ante la triste realidad colombiana. Tema, que sé, el Ex, conoce.
Ahora sí, pasemos a manteles: La meritocracia. Hija natural de la globalización y legitimada en Colombia, a través de la Ley 909 de 2004, -Carrera Administrativa- Esta Ley, bien pegada al neoliberalismo y el Pensamiento único, se soporta en la Constitución Nacional, con el principio de Equidad.
Por medio de la cual se determinan los parámetros para acceder a los cargos públicos –entiéndase- que la tendencia de la mundialización es empequeñecer el Estado y privatizar sus instituciones. Pues bien, los cargos de servicios generales, mandos medios, notarios, directores y otros, se proveerán mediante concursos. Los aspirantes presentan pruebas ante el ICFES –Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior-, se miden conocimientos, aptitudes, competencias de acuerdo con los perfiles de los cargos. Luego se realiza un Análisis de Antecedentes, entrevistas y en algunos concursos, se exige presentación y sustentación de proyectos. Cada ítem, tiene una ponderación. Hasta, allí, como la expresión que acuñó “el pibe”: Todo bien.
Veamos, quienes están dotados para presentarse a estos concursos; para servicios generales el requisito mínimo es ser Bachiller, entonces, la prueba es para bachilleres. No pueden aspirar a estos cargos, las personas que no hayan tenido los medios para terminar la educación media o quienes lo hayan hecho con tanta antigüedad que los conocimientos se le hayan empolvado por el paso del tiempo y de la vida.
Si las estadísticas registran bajos puntajes en los bachilleres recién egresados (para que sigamos con el cuento de la promoción del 230 de 2002) ¡qué esperanzas tienen las promociones anteriores!
Ahora, los que superan las pruebas del ICFES pasan a la segunda fase: Análisis de Antecedentes, pues aquí se rajan, quienes por el desempleo, el sub empleo o la informalidad laboral no pueden certificar experiencia, igual les ocurre a los nuevos profesionales. Allí se evalúan experiencia y diplomas adquiridos.
Luego, la entrevista, en ella juegan valores agregados: presentación personal, empatía, capacidad para solucionar problemas, agilidad mental para contestar rápido, asertividad, en fin.
Una vez, superada esta fase, cuando exigen proyecto; pues aquí el filtro se vuelve todavía más subjetivo, se entiende que un proyecto es un objetivo claro hacia el futuro; prospectivo ¿quién lo califica, lo mide?, ¿los técnicos, los contenidos o los intereses?
La meritocracia se convierte así, en otra forma de exclusión social, laboral y reducción de oportunidades. ¿A cuáles concursos o cargos pueden acceder esas lindas personas, cálidas y tiernas a quienes hoy llamamos “especiales”?
¿A cuáles concursos pueden acceder aquellos que no han tenido oportunidad de disfrutar y gozarse una educación continúa?
Acceden a los concursos para cargos medios o gerencias, sólo aquellos que han tenido posibilidades económicas, un empleo digno que les haya permitido estudiar; o unos padres que les haya podido dar educación. Tengan posgrados aquí o en el exterior, dominio del inglés, hijos de diplómaticos, títulos homologados en Europa y otros países. Si, ellos tienen múltiples opciones de pasar todos estos filtros de los concursos: Los mismos, los privilegiados de cuna, de la escala social. Quienes no han nacido en esas cunas, han tenido que labrarse su formación humana y académica con tesón y privaciones.
Tienen opciones aquellos que por la “Lotería Genética” han sido bendecidos con inteligencia superior; son muy pocos, quienes en nuestro país tienen tantas oportunidades juntas. Es una élite. Al revisar el último censo del DANE no llega al 3% de la población colombiana quienes tienen títulos de Maestría o Doctorado. ¿Por qué?
Porque los recursos para estimular el aprendizaje, la educación en nuestro país son escasos. No estimulan a las personas pobres, aunque sean muy inteligentes: “Si se tienen que gastar todos los recursos del país en recompensas, lo haremos”, dijo el Presidente. Y así nos salimos de las filas del nuevo capital: El conocimiento.
¿Qué relación tiene el Ex canciller con el punto de pasemos a manteles?
¡Sencillo! Su remplazo, un hombre que a sus 42 años ha tenido todas las oportunidades del mundo y los recursos económicos para educarse: Jaime Bermúdez Merizalde (esperemos que no haya llegado con el dequeísmo argentino, el ritmo de la vocalización, cantadito y el famoso ché). Cito al diario El País de Santiago de Cali, de la fecha: “El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores es un abogado de la Universidad de los Andes (una de las más costosas del país, paréntesis mío), con doctorado en Ciencias Políticas y Opinión Pública en Oxford (en Colombia un doctorado puede costar entre cuarenta y sesenta millones de pesos, sin incluir materiales y costos de investigación. En Oxford, ¿cuánto?, paréntesis mío). Su relación con el Presidente Uribe data de hace una década cuando se conocieron en la universidad inglesa. Hasta allí se remonta su amistad y ahora su vinculación a la Administración Pública Nacional. Formó parte de la nómina de colaboradores de Uribe como asesor de comunicaciones entre los años 2002 y 2006. De allí daría el salto a la Embajada Argentina, donde estuvo hasta hace dos semanas.
Pese a estar fuera del país, siempre mantuvo contacto directo con su jefe y amigo y en muchas ocasiones éste lo consultó sobre diversos temas”. Página 8
“El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija” Estas son las oportunidades.
¡ojalá! Que significa: Alá lo quiera, el nuevo Canciller; así como lo han hecho Noemy Sanín y Carolina Barco, mujeres que nacieron en cuna de oro y con las oportunidades por añadidura; haga una gestión decorosa, eficiente para el bien del país. ¡Le deseo éxitos, que gane Colombia!
Qué el Dr. Bermúdez no se tropiece con una Carla en el camino; porque es curioso que después de tantas salidas en falso del “Ex”, lo hayan renunciado después de protestar por el ingrato contenido de la canción de la primera dama francesa. Pareciera como si Sarkozy se estuviera especializando en sacar cancilleres: A Granda de la cárcel y a Araújo del puesto.
Remiendo: Soy ciudadana colombiana, Maestra en ejercicio de mi profesión, invoco mi Derecho Constitucional: Artículo 20 “Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.
Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura”.
Como mi libro: La Pedagogía, el derecho a disentir
“Soy mujer y escribo. Soy plebeya y sé leer. Naci sierva y soy libre. Las Buenas mujeres rezan. Yo escribo. Las Buenas mujeres escuchan. Yo también” Historia del Rey Transparente página. 11. Rosa Montero. Se los recomiendo.

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