miércoles, 9 de julio de 2008

SAD2-El "boom" de los liberados y el cuarto de hora que les regala el cuarto poder

EL “BOOM” DE LOS LIBERADOS Y El “Cuarto de hora” que les regala el “Cuarto Poder”
Por: Luz Dary Echeverry Serrato.
Giovanni Sartori desarrolla varias tesis en su libro “El Homo Videns-La sociedad teledirigida”. El escritor afirma que la “generación digital” (y nosotros) sufre de una “Atrofia Cultural”, porque son bebés educados desde una pantalla de televisor y luego de computador.
Este aprendizaje mediático limita la “Capacidad de abstracción”. Las personas adictas a la televisión y a la Red –enREDadas- se limitan a las imágenes y a una pobre selección de “hipertextos”, pierden la capacidad para diferenciar lo esencial de lo accesorio y se agota la posibilidad para imaginar.
La opinión pública, la “doxa” es teledirigida; las campañas políticas no se hacen en las plazas públicas sino a través de las pantallas del televisor y del computador.
No sorprende entonces, que el 3 de julio de 2008, un día después del apoteósico evento de la Libertad, el Presidente hubiera aumentado el 7.35% de favorabilidad ante la opinión pública. 91.39%, estadística sin precedente en Colombia, el país “de la dimensión desconocida”, donde todo es posible, todo puede suceder.
Así los medios de comunicación empoderan o aplastan según sus afinidades; por esta razón a favor del pensamiento crítico, del derecho a disentir y de la democracia, es fundamental la opinión caleidoscópica, visionaria, realista y desprovista de pasión de los columnistas opositores. Estas personas deben seguir firmes en su lectura crítica y propositiva del contexto nacional. En su labor de abrir la mente a la ciudadanía y orientar la mirada más allá del horizonte mediático.
Los liberados (as) se convierten en protagonistas de todos los medios de comunicación visual, auditivo, nacional e internacionales. Mejor dicho: Hasta en la sopa.
A ellos y ellas como personas, después de las ignominias padecidas durante el secuestro, los convierten en “vedetes”, los vejámenes soportados en el secuestro, las anécdotas y sus crónicas los transforman en “realities”; a los liberados los maquillan, los elogian, les regalan, los vuelven famosos, y hasta les publican libros, que en general, ellos dictan no los escriben. Y cuando surge un nuevo escándalo o hay un “extra”, “un milagro”, se les cae la venda, sin siquiera un aterrizaje de emergencia: les pasa lo del funcionario público en puesto importante, cuando renuncia o lo renunc ian, no le vuelve a sonar ni el celular.
De nuevo los liberados (as) están en la selva, solos y olvidados. Muchos militares y policías han sido dados de baja, luego de un tiempo prudente. Otros, aunque los medios de comunicación no los desamparen; los desgastan tanto, como a las palabras, los escurren hasta la última gota y los televidentes empezamos a desarrollar cierta jartera del mismo cuento, que cuando los vemos, cambiamos de canal.
Mucha atención que el mundo mediático es inclemente y efímero.
Cali, 6 de julio de 2008

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