martes, 2 de septiembre de 2008

Punto y cadeneta

PUNTO: LOS BAOBABS; CADENETA: EL LENGUAJE. PUNTO...
El Principito, niño inmortalizado por Antoine de Saint-Exupéry, le cuenta al piloto extraviado que en su pequeño planeta existen los baobabs; árboles pequeños, pero que él debe estar atento para arrancarlos como si fueran mala yerba, porque sí los deja crecer, su mundo sería destruido.
El baobab “Es un árbol del África tropical, de la familia de las bombacáceas, con tronco derecho de nueve a diez metros de altura y hasta diez de circunferencia, ramas horizontales de hasta 20 metros de largo, flores grandes y blancas, y frutos capsulares, carnosos y de sabor acídulo agradable” DRAE, página 262.
El baobab es un árbol grande, bello y útil. Sin embargo destructivo en el planeta de El Principito. Punto.
CADENETA: “El gran filósofo Confucio fue interrogado sobre qué cosa haría primero, si le encargaran la administración del país. La gente esperaba una respuesta sorprendente, por tratarse de Confucio.

La gente se extrañó, y cuando le indagaron el porqué de la respuesta, Confucio le dio la siguiente explicación:
Si el lenguaje no es correcto,
Lo que se dice no es lo que se quiere decir,
Y si lo que se quiere decir no es lo que se dice en realidad,
Entonces lo que debe hacerse no se hace,
Y si no se hace lo que debe hacerse,
Las artes y la moral sufren menoscabo
Y la justicia se abandona,
La gente es presa de la confusión.
Por eso el lenguaje no debe ser ambiguo
Si no perfectamente claro.
De ahí que lo primero que yo haría,
Si me encomendase la administración
Del país, sería corregir el lenguaje”. Fuente Cultura Universal, que rueda de mano en mano.
La palabra, en cualquier escenario, tiene las cualidades del baobab, grande, bella y útil, pero también el mismo poder destructivo del árbol en un lugar demasiado pequeño.
Los padres de familia no pueden esperar respeto, consideración y amor de sus hijos, si los educan con palabras vulgares y ofensivas. La respuesta a cualquier palabra ofensiva, en general, es otra de mayor calibre. “Las palabras desunen, la acción unifica” Manuel Zapata Olivella.
En este orden de ideas, la palabra, adquiere dimensiones positivas y también, atroces.
Confucio entendió y explicó la verdadera dimensión del lenguaje. De la claridad del lenguaje que el gobernante use, dependen las artes, la moral y la justicia.
PUNTO: El Presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez afirmó en público, como respuesta a la solicitud de “sacar la bandera blanca en todos los estamentos” del Vicepresidente Francisco Santos (quien a propósito, con este llamado de atención, salió con decoró de la invisibilidad administrativa a la que lo confinaron) “que casos se han visto de gobiernos donde se decían cosas muy bonitas y ocurrieron desastres”. Es cierto, ya en un artículo sobre Realismo Mágico en esta nanopágina escribí como en el gobierno de un presidente poeta se había masacrado la justicia. Sólo un ejemplo, para darle la razón al mandatario de los colombianos.
CADENETA: Colombia es un Estado social de derecho, reza la Constitución Nacional, en muchas ocasiones, el Presidente ha salido a los medios de comunicación a defenderse de montajes, falsos positivos, calumnias; el argumento que ha dado es que todo ciudadano de bien que conozca de un delito, debe denunciar ante la justicia. De hecho, él ha establecido un efectivo sistema de infiltraciones costeadas por el país, además de estímulos y recompensas.
PUNTO: El Presidente no denunció en el momento que ocurrieron los supuestos delitos, que él conocía, según lo afirmó, sobre el senador Cristo y los dineros de campañas; los “pepes”, Escobar y Gaviria (el ex presidente). Sólo levanta su dedo acusador quince años después, el día que sale a los medios de comunicación para explicar la presencia de personas con procesos y relaciones judiciales pendientes, en Palacio.
CADENETA: En la misma intervención Uribe afirmó: “En Colombia la discusión política se da todos los días y a mí si me da mucha lidia quedarme callado”. Nadie osaría irrespetar al Presidente, diciéndole que se callé, como hizo el Rey Juan Carlos con Chávez. Pero sí es deseable, que el Presidente de un país, sea moderado en su lenguaje. Que no se defienda de situaciones embarazosas, señalando por sus debilidades a sus contradictores. Qué no ordenara investigaciones judiciales a periodistas responsables, que informan el acontecer colombiano, fundamentados en hechos que pueden demostrar.
PUNTO: La estatura moral de todo ser humano se puede leer, casi palpar, a través de su lenguaje. De hecho cuando se está frente a personas que hablan mal de todo el mundo; que agreden con palabras soeces; que difaman y calumnian; la gente prefiere poner distancia. Las palabras son tan importantes para la vida, para las relaciones interpersonales, familiares, laborales, abren, cierran puertas. Tanta es su fuerza, que a veces, una sola palabra permite que se aplique el refranero “Lo que eres grita tan fuerte, que no escucho lo que me dices”
CADENETA: En la misma rueda de prensa el mandatario expresó “casos se han visto de gobiernos en los que se habla muy bonito y no se dan los resultados”. Las palabras baobabs tienen un efecto tan destructivo, que su onda alcanza y atrapa a la misma persona que las pronuncia. Es la ley del búmerang, nadie se escapa. Herman Hesse lo definió con una sencillez universal :”todo vuelve”, así le dijo el barquero a Sidartha, cuando lo llevó a la otra orilla del río. Sidartha no tenía como pagarle y así le respondió el sabio “todo vuelve”. Sidartha volvió a atravesar el río, en la barca del sabio, veinte años después.
“Si el cuadro político alarma, el modelo económico, solitario rezago del fundamentalismo del mercado en el continente, no augura desarrollo. Tanta confianza inversionista, tanta gabela al capital privado no nos han quitado, sin embargo, el liderato en desempleo entre las siete economías grandes de la región; ni en la desigualdad, entre todos los países del mundo. Ni ha roto la espiral de la pobreza, que según la ONU, hoy agobia al 64% de los colombianos y mantiene en la miseria a la cuarta parte de la población”diario “El Espectador”, 30 de agosto de 2008. Cristina de La Torre.
Vale la pregunta: ¿Cuáles resultados?
PUNTO: Se escribió en la cultura nacional que el presidente Alfonso López ponía a pensar al país.
CADENETA: Las palabras baobabs, son las palabras mediáticas que impone el Presidente Uribe, como decían en alguna radionovela “para despistar al enemigo”, “Reelección, sólo si hay una hecatombe” y sí él, lo dijo; pues todo se volvió hecatombe; nos mandaron hasta a buscar en el diccionario y entre muchas acepciones tenía la de sacrificar cien cabezas de ganado. Y la baobab hecatombe ya se ha materializado en bombas y atentados en Ituango y el Palacio de Justicia en Santiago de Cali. Mueren personas inocentes, se destruyen negocios, fuentes de empleo. En fin, más pobreza.
El “Roscograma” baobab mediático que terminó enroscando también al mentor de la palabra y a sus amigos.
PUNTO Y CADENETA: La palabra y el lenguaje son conceptos grandiosos; ocultan, protegen, destapan y destruyen. Tienen el mismo efecto para el bien y para el mal. La ciudadanía se construye desde la palabra; la palabra agresiva produce actos violentos; se debe educar en la conciencia del valor de la palabra, de la causalidad; en el poder que el lenguaje tiene para crear y destruir. La tarea es reconocer y difundir la responsa bilidad que las personas tienen al hablar.
El diario “El País” de la ciudad de Cali, el 30 de agosto de 2008, página 13 cita el caso de una señora que le reclamó a un vecino porque dejó un viaje de arena en el frente de su casa, el vecino le respondió “haga lo que le dé la gana”. Qué en sólo dos meses la Policía ha recibido 43.133 llamados ciudadanos por riñas en los diferentes barrios de la ciudad; que la institución recibe a diario 800 llamadas por estos casos y los fines de semana se reportan 1.400 peleas callejeras. Qué en el año 2007 fueron heridas 6.000 personas en riñas. El informe es dramático y real, las fuentes son la Policía de la ciudad de Cali y CISALVA. La pregunta es ¿cuántas peleas se podrían evitar y cuánta armonía se podría ganar, si las personas fueran responsables de la carga simbólica que tiene el Lenguaje?
“Escucha con cachaza o sosiego lo que te dicen; a fin de que lo entiendas, y puedas dar con prudencia una cabal respuesta.
Si tienes inteligencia, responde al prójimo; pero si no, ponte la mano sobre la boca, para que no te cojan en alguna palabra indiscreta, y quedes avergonzado.
El honor y la gloria acompañan el discurso del hombre sensato; más la lengua del imprudente viene a ser la ruina de este.
Guárdate de ser chismoso y detractor y de que tu lengua sea para ti un lazo y motivo de confusión.
Porque el ladrón cae en la confusión y arrepentimiento al verse sorprendido; y el hombre de doble lenguaje, en una infamia grandísima, pero el chismoso o detractor se acarrea el odio, la enemistad, y el oprobio.” Eclesiástico, Capítulo .5.13-17.
El Eclesiástico hace mención en varios capítulos acerca de la importancia de la palabra y el lenguaje. El texto se toma como referente intelectual, académico. Con el fin de redimensionar el valor de la palabra y del lenguaje como principio para una buena conviviencia social y formación ciudadana. Desde este punto de vista se cita:
“¿Quién pondrá un candado a mi boca, y sobre mis labios un sello inviolable para que no me deslice por su culpa, y sea mi lengua la perdición mía?
"Rómpete corazón, pues debes refrenar la lengua" Shakespeare

Cali, 2 de septiembre de 2008…