viernes, 25 de junio de 2010

Otro...

OTRO PARTO Y DE TARDE EN TARDE
Junio, junio, qué tendrá junio que ha habido dos partos tan importantes, uno personal e institucional. Y otro, institucional y personal. Dicen los matemáticos que el orden…
En fin, todavía no he completado la secuencia para publicar en mi blog, del primer parto, estoy casi que apenas asimilándolo. Pero si les presento con entusiasmo, el trabajo de mis compañeros de la I. E Eustaquio Palacios, quienes el día de hoy nos han presentado los blogs, medios de comunicación efectivos, para saber donde estamos parados, de la Institución. Los invito a visitarlos: pregoneustaquiano.blogspot.com y detardeentarde.blogspot.com.
Luz Dary E.
25 de junio de 2010.

SERENIDAD

ESTO TAMBIÉN PASARA
La frase es la trama, la contundencia de un cuento corto, que trata de un rey ciclotímico, esto quiere decir, que la armonía del pueblo que gobernaba dependía de los estados de ánimo del poderoso.
Si el sujeto amanecía de buen genio, pues sonreía y se notaba. Allí aprovechaba todo el mundo para pedir los favores, que se concedían, y ese día se podría decir que estaba el pueblo en los gozosos del rosario.
Si el gobernante amanecía de mal genio, pues, sálvese quién pueda, aumentaba impuestos, ordenaba muertes, flagelaba al pueblo, en fin.
El rey, en medio de sus cambios de humor, era inteligente y consultó a sabios para resolver sus problemas de temperamento. Un anciano, le entregó un mensaje, que debía ocultar en un anillo y sólo abrir en momentos difíciles.
El rey fue a una guerra, estaba perdida la guerra y perdido él, porque los enemigos lo estaban alcanzando. Sin salida. Se acordó del mensaje, lo abrió y leyó con fe : Esto también pasara. Y así fue, como por arte de magia los enemigos desaparecieron y el hombre sobrevivió, ganó la guerra y entró victorioso al reino, el pueblo lo aplaudía, lo ovacionaba, lo amaba y el rey no cabía en su coche y en su majestuosidad. A su lado iba el anciano que le dio el mensaje y le dijo que lo abriera. El gobernante preguntó por qué sino lo necesitaba. El sabio respondió : el mensaje también es para cuando estés en momentos de júbilo. Esto también pasara.
He tratado de parafrasear (que significa contar lo que he leído o escuchado) el cuento, que leí, tal vez en un libro de filosofía oriental, Zen o algo así.
Pero hoy, lo recuerdo, porque he tenido un mes, en el cual, varias veces he tratado de repetir para mí y aprender el mensaje. Esto también pasara. “Unas son de cal y otras de arena”. Y definitivamente, un don que me gustaría adquirir, creo que Shakespeare, lo dijo: “adquiere una virtud si no la tienes” es la SERENIDAD.
Luz Dary Echeverry Serrato.
25 de junio de 2010.

Acerca del cine.

INTELIGENTE Y ENTRETENIDO, UNAS DE CAL, OTRAS DE ARENA.
El cine es una manera de acceder a la lectura del mundo, a través de la imagen, los diálogos, la fotografías, los personajes, escenas y la trama.
No obstante, también se constituye en una actividad, a veces pesada, por ejemplo, para quienes no les gusta estar en espacios cerrados, en aglomeraciones, o sencillamente no tienen dinero para ir a ver una película.
Sí acaso, se superan las anteriores circunstancias y se ve la película, es un riesgo que al comienzo, en la mitad y al final, nos aburra, nos parezca mala o hasta nos hayamos dormido. Entonces, viene bien un comentario, una película inteligente y entretenida. Recomiendo dos:
La Ola, película alemana y La belleza de sus ojos, argentina. Arriésguese y véalas. Luz Dary E.

jueves, 24 de junio de 2010

Casi un mini

EL MONSTRUO SANTO DESGRANA
¡Última hora! Urgente, hace unos segundos terminó la cumbre entre los presidentes Paco Espínaco de la Esquina Dorada y Maco Donalds Bus de Estamos Hundidos. Nos informan de manera oficial que a partir de la fecha firman un Acuerdo bilateral para el desarrollo social y la lucha contra el hambre mundial. El delegado que ejecutará las acciones planeadas en la agenda será el doctor míster Monstruo Santo.
En cumplimiento del acuerdo, míster Monstruo Santo, en una maratónica jornada, escupe centenares de semillas de maíz prefabricado-transgénico- a los indígenas Nasa.¡ Mucha atención! Que Estamos Hundidos subsidia, regala a las comunidades indígenas estas semillas.
La cosecha de maíz prefabricado es un éxito, la comunidad Nasa disfruta de esta bonanza, el mundo felicita a los presidentes que firmaron el Acuerdo. Míster Moncsanto es el héroe internacional.
El Monstruo Santo atiende a los gobernadores indígenas y les informa que las semillas prefabricadas se venden a costos muy bajos. Ellos intentan sembrar el maíz natural, pero la tierra las rechaza. Los Nasa hacen largas colas, obligados a comprarlas.
Disminuyen las filas, cada vez menos habitantes tienen dinero para adquirirlas.
¡Gangazo! Tierras regaladas, el generoso Míster Moncsanto compra las tierras del Cauca y del Chocó, además, siembra palma africana.
Desolados, envueltos en la miseria y el hambre, la soledad y la tristeza, reunidos y tomados de la mano los indígenas del la Esquina Dorada: Nasa, Embera y todos los nativos, entonan esta canción que el mundo escucha:
Desgranando la mazorca
Un maicito me da gustico
Dos maicitos para mis hijitos
Tres maicitos para mis amiguitos
Cuatro maicitos para nuestros padrecitos
Un, dos, tres, cuatro maicitos para los cubanitos
Cinco maicitos para los manitos
Seis maicitos para los colombianitos
Siete maicitos para los africanitos
Ocho maicitos para los bacanitos
Nueve, diez y toditos para los gringuitos.
Luz Dary Echeverry Serrato.
Cali, junio de 2010

OBJETIVO DEL MILENIO: Erradicar el hambre y la pobreza
52 millones de personas se están muriendo de hambre en el mundo.

Minicuento: Clásico del año

CLÁSICO DEL AÑO
1.LA PUNTUACIÓN VERSUS LOS ESCRITORES
Atentos señores y señoras, la puntuación salta a la cancha, sintiéndose vencedora; las barras gramaticales la ovacionan con fervor; del otro lado de la cancha, ansiosos por naturaleza: los escritores, Londoño, el arquero; Zuleta, centro delantero; Mendoza, puntero derecho; Molano, puntero izquierdo; Abad, volante trasero; Cajamarca, Espejo y Henriquez parecen un poco confundidos y están en el centro de la cancha. Los árbitros, Gómez, Fernández y Franco están alertas a cualquier gambeta de los escritores, porque el público sabe que no son de fiar. Con la puntuación se va a la fija: La coma hace el primer GOL, Londoño no ataja; Zuleta avanza al arco contrario; el guión se le atraviesa y lo tumba; la interrogación-¡señores! Atención, la interrogación le hace tremenda Llave a Mendoza¡ Fulminante señores! Todos a uno, los puntos suspensivos, la exclamación, la raya, el punto y coma, el paréntesis y los demás, atajan
a los escritores invisibles. ¡Qué partido señores! Magistral la puntuación, la lingüística la abraza; el público con júbilo corea: Arriba, arriba campeonas, los escritores pierden por doble U. ¡Qué partido señores!
Luz Dary E.
2. Gozar
Olvidar
Lograr
¡Gol!
3. Dedíquense al mundial y no a trabajar y verán el GOL que les hacen.

Luz Dary Echeverry Serrato
Junio de 2010

Minicuento Los Sabios

LOS SABIOS
¡CORRE, LUZ, HUYE, QUE NO TE ALCANCE!
_¡Allí viene un intelectual!

Luz Dary Echeverry Serrato.

Nunca te dejaré Mario (Actualizado)

NUNCA TE DEJARÉ MARIO

(A mi amado Vargas Llosa)

Tanto te he amado, que hasta te he sido infiel. Desde muy niña descubrí este amor masoquista; la primera vez, que te fui infiel, tal vez lo creas, fue con una gaviota que me llevó en sus alas, a descubrir con ella, la libertad. Ella siempre tenía una frase sabia con la cual llenaba mi alma de fe, de anhelos, de ímpetu para explorar la vida. Sin duda a ti, también te transportó; sí, es la misma, la gaviota que Richard Bach creó para nosotros, seres humanos imperfectos, cargados de miedos y de inseguridades desde niños; él, también la creó para todos aquellos a quienes se les hubieran perdido las ilusiones, las esperanzas. En esas cien páginas, me olvidé totalmente de ti.

Cuando leí “Juan Salvador Gaviota” tenía once años, iniciaba entonces el bachillerato y una monja española, me daba clases, como corresponde de español. Ella nos hacía leer en voz alta; yo era afortunada, porque mis compañeras me escogían para leer.

Tiempo antes, me devoraba las cartillas y los libros de la primaria, las fábulas, las letras me seducían desde mi, para nada, agradable infancia. Ellas eran consuelo para mi alma niña, yo creía cuando leía, que era la única persona en el mundo que era capaz de hacerlo y de vivir esas experiencias maravillosas a las que me conducían los cuentos. Hasta esos perversos cuentos de hadas, que nos enredan la cabeza a las niñas, desde tan pequeñas. Soñamos con príncipes azules, con rescates, todo lo malo, para nosotras, son las madrastras, las brujas; luego cuando creces, ¡qué totazo!, el que nos damos con la realidad, el príncipe resulta verde, las madrastras y las brujas se transforman en seres que nos persiguen hasta en los sueños. En fin, luego te contaré de la crueldad pedagógica que esos cuentos de hadas nos han hecho.

La avidez por la lectura me atravesaba toda, cometía picardías, porque pedía prestados libros a la biblioteca del colegio (en esa época, los colegios tenían bibliotecas, hoy están desapareciendo); así como, con las Reformas Educativas a pedagogos importantes, les dio por erradicar del lenguaje la hermosa palabra: Escuela, palabra universal en la que cabían los párvulos, niños, niñas, adolescentes, universitarios. Imagínate, hasta la vida cabía en esa bella palabra, que a los doctos y expertos les dio por erradicar y cambiarla dizque por “Institución Educativa”, ¿puedes creerlo, mi Mario?

De esa forma, leyendo, mitigaba algunos dolores de mi infancia, y de mi juventud, después; quién lo diría, que aún, en esta edad que las mujeres no queremos revelar, también leer es un deleite y un analgésico infalible para toda clase de heridas.

Llegué entonces a la agraciada juventud, leyendo. Hasta que un día, uno de esos intelectuales, que andan por ahí, estropeando todo, de esos que tú y yo conocemos: “que se las sabe todas”, me dijo: “Siempre que te escucho, dices que has leído, nunca te he escuchado decir que has vivido”. ¿Puedes creer, que ese idiota, me convenció de que yo era una idiota, a mis dieciséis años de edad? ¡claro! “el intelectualoide”, como siempre, hizo el daño, esa duras palabras en mi conciencia adolescente, me alejaron durante algún tiempo de estos felices, y a veces, desastrosos encuentros literarios. Luego, a los dieciocho, decidí bajarme del todo del bus de los “intelectuales”.

Ya estaba enamorada de ti, desde muy niña. Te he buscado en cada personaje, en cada libro que has escrito, en aquellos donde más has tratado de esconderte, allí te encuentro.

Trataste de disfrazarte al mismo tiempo en el trágico Pedro Romero y en Marito. No conforme con esta mudanzas de carácter y personas, seguías escondiéndote en los que inventaba Romero. Todos terminaban siendo Tú “Era un hombre de frente penetrante, nariz ancha, mirada aguileña, rectitud y bondad en el espíritu y de una apostura física que reproducía su belleza moral” ¡Qué modesto has sido ¿ no, mi pillín?!

Eran autorretratos los que hacías, plasmabas en palabras la visión que de ti mismo tenías y con la distancia y la madurez que el tiempo, a veces con dolor, acuñan en nuestros espíritus, estabas allí. Tú tenías derechos, ¡eres el creador! ¡no faltaba más, que uno no pudiera inventarse y hasta reinventarse lo que le diera la gana, siendo escritor o escritora, ¿cierto?

Seguí tus pasos, por eso te digo que mi amor por ti ha sido masoquista, claro que en esta plenitud de mi edad, puedo decir ¡Qué amor no es masoquista! en signos de preguntas o de lo que sea.

No obstante, este amor peca mucho de esa palabra, porque en tantas obras nos dejas tan mal paradas a las mujeres, te quedas corto cuando describes la belleza de la mujer en tus obras; luego, eres generoso en epítetos desagradables y adjetivos recargados para describirla cuando es fea: La creas coja, gorda, sucia…en fin.

He tenido serias peleas contigo, a veces, han sido años, que juro, no te volveré a leer; muchas veces te he odiado con todas mis vísceras; claro que esto, también es natural en las enamoradas; Pero Mario, tú te pasas, claro que eres Vargas Llosa, ni siquiera por eso, tienes derecho; por ejemplo, cuando en labios del sacerdote Seferino pones estas hirientes palabras:
de seres inferiores”, refiriéndote a nosotras. O cuando afirmas sin ningún rubor, te escondes en Pedro Romero: “No odiaba a las mujeres, simplemente, como no era un erotómano ni un voraz ¿de qué podían servirle personas cuyas mejores aptitudes eran la fornicación y la cocina? Reproducirse no había tenido otra razón, para él, que perpetuar su cruzada…¿no repetían las estadísticas hasta la náusea que el noventa y cinco por ciento de las mujeres han sido, son o serán meretrices? (pág. 192) La tía Julia y el escribidor.

Se te va la mano, peruano. Escritor peruano, espero ansiosa cada repartición de Nobel y verte allí, recibiéndolo.

Sin embargo, en otras líneas, al fin; mujer enamorada, olvidaba esos agravios, porque me enredabas en la armonía de tus palabras, de tus tramas y cuando empezaba, todavía me pasa, una obra tuya no era capaz de descansar hasta terminarla. Siempre te justificaba, mujer ingenua –pensaba- tal vez, estoy en el 5% con Patricia, con Julia, con nuestra suegra y no sé que otras mujeres, para ti, estuviéramos en ese mínimo porcentaje. Tú no sabías que me contaba en esa franja para redimirte.

Insensata lógica femenina: ¡perdonar la ofensa!, si a una mujer se agrede con la mirada, el gesto o la palabra, debemos convertirnos en el ejército que somos, defenderla y defender nuestro género. Ya hemos tenido bastante, con el cuentico de Eva.

Entonces me dejaba seducir y, otra vez, te volvía a ser infiel y me dejaba llevar sin protestar, porque a todos los enamorados del mundo, incluyéndome, nos arrancaron del estómago las mariposas, que volaban desordenadas y descoloridas cuando veíamos o vemos al ser amado. Un compatriota mío y nobel nos las extrajo, sin rubor, del intestino y no conforme con semejante hazaña, las pintó amarillas, bellas, relucientes y se las endosó sin ningún costo,

Otra vez, Mario, se revolcaban en franca lid, mi dignidad y mi autoestima ¿por qué ellos, por qué ustedes, los hombres siempre se llevan la mejor parte? Hasta entonces, era una enamorada ingenua, la verdad, te confieso, tampoco es que haya aprendido mucho hasta ahora. Así pensaba cuando tenía dieciséis años; lo peor es llegar a la cincuentena y no cambiar de billones de ejemplares a un solo hombre: Mauricio Babilonia. idea, aunque el amor…

II

Sé que entenderás porque eres un amante silencioso y escritor juicioso y acucioso. Que en este coloquio, inventado, a veces nos perdemos en las palabras; creemos que las escribimos, y, al releer; ellas son las que nos han guiado, nos dominan y embolatan nuestras ideas. ¿Recuerdas cuando te hablé de las bibliotecas en los colegios y escuelas?

Confieso que en mi juventud, muchas veces me volé de clase –falta disciplinaria grave-, así se constituye en los Manuales de Convivencia; otras palabras inventadas por los tecnócratas de la educación. Hoy se llama “evasión”; yo, pedía prestados libros en la biblioteca y cuando alguna clase me aburría hasta el sueño o el bostezo; justo en ese momento, sentía unas repentinas ganas de ir al baño, pedía permiso y no volvía; o simplemente, no entraba al salón, huía, feliz con mi libro escondido. Buscaba una zona verde solitaria, donde no merodeara ninguna monja; leía y leía, hasta que escuchaba el timbre; el feliz anuncio del cambio de clase, del recreo (que ahora, los mismos doctos, llaman “pausa pedagógica”) o el final de la jornada del día. Este indicador del tiempo, lo heredamos en la escuela de la sociedad industrializada; todo por rendimiento, productividad; La Didáctica de Coménico, tú sabes. Esas eran mis mejores horas de lectura, porque eran ¡robadas, delictivas!.

En esas horas te olvidaba, amé a un niño, más pequeño que yo, en edad y en estatura; pero con tanta sabiduría y dulzura, que sin ser el Niño Dios, doblegaba hasta a los más soberbios, ¡Cómo olvidarlo! ¿Quién podría?: “Lo esencial es invisible a los ojos”, ¿Cómo olvidar ese concierto de palabras musicales que calentaba mi alma fría, me consolaban sin flagelarme? “Mi vida es monótona: cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Por eso me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se iluminará. Conoceré un ruido de pasos diferente a los otros. Los otros pasos harán que me oculte, lo tuyos me llamarán como una música”, “Sólo se conocen aquellas cosas que se domestican –dijo el zorro-. Los hombres no tienen tiempo para conocer nada. Compran las cosas ya hechas a los vendedores. Pero como no existen vendedores amigos, los hombres no tienen amigos. Si quieres tener un amigo, ¡domesticame!”. Estoy segura, de que sabes, que hablo de “El principito”, sublime criatura de Antoine de Saint-Exupéry. Es un oasis en cualquier desierto.

Sin embargo, tuve horas tormentosas; sentí el dolor y la agonía de convertirme en escarabajo, siendo humana ¡pobre Gregorio!, me sentí aplastada por esos muros altos, de oficinas heladas, que guardaban y encerraban a personas solitarias, olvidadas allí detrás de un escritorio, el tecleo constante de las máquinas de escribir que espantaban las ideas; “el absurdo”. La dolorosa “Carta al Padre”, sentía que era yo quien la escribía a mi padre ausente, desde mi primera infancia, no por la fatalidad sino por el abandono. Tú que conociste tarde a tu padre, que te exigía un diploma y no te dejaba ser feliz con Julia, sabes la forma indeleble en que su ausencia o presencia demasiado autoritaria marca a los hijos, con mayor razón, a las hijas.

Sentí el pánico de vivir lejos de mi patria, enterrar a la madre, de fumar un cigarrillo en el velorio, algo nada convencional, en ningún momento. De ser condenada por ser extranjera. ¿Sabes que la xenofobia, el odio a los extranjeros, en particular a los latinoamericanos y de manera casi obsesiva a los colombianos, invade a Europa y a los otros continentes?; el mundo habla de tolerancia y de respetar las diferencias, pero discrimina y señala a los extranjeros, a la gente de tez negra, a los pobres. En fin. La Unión Europea, aprobó el año anterior, leyes contra la Inmigración, so pena cárcel, repudio, exilio. Y en Arizona, EEUU se legalizó una caza de latinos indocumentados, para detenerlos como delincuentes?

Cuánta tristeza, me transmitió Kafka a través de “La Metamorfosis”, “El Proceso”, “El Extranjero” y “La Carta al Padre”. Después de estas lecturas, entendí su angustia. El hombre no era un escritor existencialista, era un Visionario. Leía el futuro y ese don, le causaba tanto dolor.

Millones de personas en el mundo, en este Siglo XXI, se han convertido en escarabajos; a Gregorio Samsa, le dolía porque reconocía su transformación, pero aquellos que no saben que son escarabajos, cuando lo descubren, es tarde. Son seres prácticos, mecanizados, alejados del afecto, de la familia, del amor. Algunas personas son ejecutivas, ricas, poderosas, importantes; dictadores embelesados con el frágil poder que algún día se agota, y cuando esto ocurre, se descubren como escarabajos solitarios. Seres grises, sin esperanzas.

Miles de mujeres prefabricadas, esculpidas con grasas, siliconas, bisturíes. Novias modernas de “Frankestein”, mujeres reciclables en este mundo hedonista. Gilles Lipovetsky estudia en detalle, lee este mundo, nos explica.

Gregorio Samsa sobrevive en todos estos seres, aquí y ahora.

Hasta allí, seguí a Kafka, seguro, regresaré a él, para entender e interpretar esta nueva realidad, globalizada, mercantilizada.

¡Imagínate, salí ilesa de mi vivencia con Kafka y ¿sabes con quién me encontré?, me encarreté con aquel hombre normal que un día empieza a mirarse al espejo; entre más lo hace, más lo atrae y empieza a notar que su rostro se plaga de pelos y se convierte en “El Lobo Estepario” Esa horrorosa transformación lo invade de miedos, fobias. Yo estaba con él. Herman Hesse, también era un Visionario. Nos mostraba como nos convertíamos en los miedos que sentimos.

Tal vez los “lobos esteparios” de este Siglo son personas que ante su incapacidad para vencer sus miedos, sus fobias, atacan, roban, matan, dominan. Es probable, que terminemos convirtiéndonos en lo que menos nos guste ser. Pero tú no.

Tú has sido lúcido desde tu niñez, tenías claridad, lo decidiste y lo hiciste desde muy joven: Eres escritor. Te convertiste en una gaviota que volaba con las letras, cumpliste tu sueño y diste duras peleas con tu padre, él quería que fueras abogado. Luchaste también, con esos que andan por ahí haciendo zancadilla a todo soñador o soñadora.

Tú, mi Mario lo lograste y no de cualquier manera, hiciste algo, que pocos logran conquistar: Trabajar desde muy joven en lo que te gusta: Leer y Escribir. Bello Horizonte.

Herman Hesse me llevó primero al mundo de los temores y luego, me puso a caminar como una discípula más, detrás de él; del joven que caminaba sin descanso en búsqueda del nirvana, con serenidad y paciencia nos da lecciones: “Ayunar, pensar y esperar”; el barquero, también nos dio una lección hermosa: “Todo vuelve”.

La perseverancia del caminante, la limpieza de su espíritu, restauró mi alma adolorida y quebrantada por Kafka. “Sidharta de Gautama” el Gran Maestro Oriental, lo seguí y lo respeté como Maestro, igual que a Kafka, Hesse, Saint- Exúpery. Pero a ti, nunca te dejaré.

Aunque contigo tengo fuertes desencuentros de género, en “Las Travesuras de la Niña Mala”, nos reivindicaste. Hiciste una reparación ética, humana y social con la Mujer –creo- que en tu interior, es una de tus obras más amadas. Allí estabas conectado, entregado, dedicado a descubrirla y a amarla, sin “recortarla” como dice Dulce María Loynas: “Si me quieres, no me recortes, quiéreme toda o no me quieras”

A “la niña mala” la amaste, tal cual era; sin pretensiones machistas de aconductarla, de amansarla. La dejaste ser y dejarte. No fuiste un carcelero, siempre la esperaste y la recibiste con tu amor intacto.

Creo que allí conociste el amor en su esencia pura. Y esta obra, es la nuestra: La de las Mujeres. Gracias por escribirla Mario.

Tengo que contarte mucho de esta y de tus obras anteriores. Estoy segura de que me tendrás paciencia. Espero con ansiedad tu Nobel; yo soñaré que es un poco mío, por extensión, por devoción y lealtad con tus letras. Ha sido una espera larga y un desconcierto cada año. Siempre estoy pendiente, aunque Marino ni Patricia ni Londres, den campito.

III

Mario con los libros me ocurre algo parecido al cine. No me gusta ver una película adaptada de una obra literaria sin leer primero el libro. No me gusta que me cuenten nada de una película. Ni me gusta leer las reseñas de los libros. Me parece que un indicio puede hacer desaparecer mi interés en el libro o en la película. Por esta razón no alardeo escribiendo reseñas, creo que cada lector debe abordar solo, sin muletas ni predicciones sus lecturas.

Después de tantas veces que te he abandonado, he vuelto a ti, empecé a releer tus obras, a propósito me reconcilié contigo cuando me regalaron “Travesuras de la niña mala”,¡ que mujer!

Terminé de releer “La tía Julia y el escribidor”. De nuevo, encantada y desilusionada con la brillante inteligencia de Pedro Camacho y Julia es una mujer excepcional, con carácter con personalidad. Admirable.

Citaré algunas frases de esta novela, que calaron en mi alma y para la vida.

“Yo, aunque había decidido, en mi humillada humanidad, enviar el cuento sobre Doroteo Martí al canasto de la basura, estaba enfrascado en una defensa ardorosa, adolorida, de los derechos de la imaginación literaria a transgredir la realidad…” página 164

Muchos cuentos te hicieron romper tus lectores, que eran tus amigos. Extraña a veces, la actitud de los amigos de los principiantes escritores. A veces uno espera más de ellos.

La siguiente toma vigencia, creo que así siempre será, en la última Feria del Libro en Bogotá , se le rindió un homenaje a la escritora colombiana Piedad Bonnet. Ella hizo una exposición sobre su esencia como escritora, describe a la perfección cuál era su búsqueda y dice que ha dado una dura pelea, para hacerlo y para poder vivir de ello. Interesante, porque algunas veces, este capitalismo salvaje, el neoliberalismo y la globalización, se llevan nuestras ilusiones. Ella explica, que a muchos escritores, yo me considero escritora, principiante, pero escritora; además me encanta leer e interpretar el mundo. No importa el adjetivo, importa la idea, la esencia. Sigo, que les toca trabajar en cosas que no les gusta y les toca y escribir y leer robándole el tiempo a lo demás. Es cierto.

Tú, en cambio, estabas tan claro, desde tus dieciocho años y te resististe a hacer lo que no te gustaba, así tuvieras que pasar emergencias económicas como las que viviste. De todas maneras, Mario no te tocó empezar en este mundo globalizado de inflación contaste. Por otra parte, nunca te colgaste de ser un muchacho de familia acomodada, que vivía en Miraflores, Perú y padres en el “país de los sueños”. Te fuiste detrás de la aventura, tenías carácter y has sido perseverante.

“Me faltaban tres años para terminar abogacía y sospechaba que nunca ejercería esa profesión, porque lo único que gustaba era escribir. Pero los escritores se morían de hambre” página 221(La tía Julia y el escribidor)

Luego, encontré una frase, con la cual te salvaste de las agresiones que nos hiciste, a las mujeres, en esta obra, porque hablaste del amor en su concepto más alto, y este, nos toca a hombres y gmujeres, etc.

“…Le aseguré que, fueran cuales fueran las diferencias, el amor duraba poco basado en lo puramente físico. Con la desaparición de la novedad, con la rutina, la atracción sexual disminuía y al final moría (sobre todo en el hombre), y la pareja entonces sólo podía sobrevivir si había entre ellos otros imanes: espirituales, intelectuales, morales. Para esa clase de amor la edad no importaba” página 222, el número de mi cumpleaños. Bonito, los tres patitos.

Por ahora, te suelto aquí y te dejo ir hacia otros lectores, para que se nutran de tus vivencias y ocurrencias literarias. Seguimos en contacto. Todo es posible, en nuestros países latinoamericanos.

IV

¡Hola!, esta vez, tardé en regresar, pero siempre lo hago, como te lo prometí.

Me pones en situaciones difíciles, pero que amante no lo hace. Provocar contrariedades y resarcirlas, luego, es la tarea de amar y ser amado. Puede estar allí, la razón de su existencia.

Regreso a ti, porque me intrigas, me enfureces, y a ratos, pienso que sencillamente me atraerás hasta que descubra tu enigma.

Otra vez, nos quedamos sin recibir tu Nobel, se lo dieron a un tal, frances. Ya sabes, Francia está de moda, tienen Presidente y Primera Dama del jet set y casting, ¡ah! Y una franco-colombiana de la Operación Jaque. Todo les da vigencia. Seguiremos esperando que llegue a tus bellas manos ese premio. Tus lectores sabemos que lo mereces.

Mario, te contaré que paso días con más horas de las convencionales, en algunos, el tiempo no me alcanza, y en otros, no sé por dónde empezar. A veces, cuestiono sí vale la pena tanto esfuerzo, porque además de trabajar, las horas de familia y de ocio o descanso, las utilizo leyendo y escribiendo. Me agota la realidad de mi país, su ceguera. La obnubilación de creer en falsos mesías, mientras la miseria y la pobreza aumentan.

Tú sabes que en Colombia tenemos buenos escritores, por ejemplo, hace un tiempo leí “Los sordos ya no hablan” de Gustavo Álvarez Gardeazabal, vallecaucano. Pues imagínate, ¿recuerdas esa desgracia nacional que vivimos, cuando una avalancha destruyó y borró del mapa a Armero?, murieron allí, 25.000 colombianos , Omaira, la niña atascada en el lodo, no la pudieron salvar y se le fue su existencia frente a las cámaras. Y así, el mundo se escandalizó varios años después, cuando los medios registraron en directo, la pena de muerte de Saddan Hussein. Te hablo de esta novela, porque desde adivinos, hasta científicos habían anunciado la tragedia. Pero nadie escuchó, el Estado jamás tomó medidas de precaución. Luego nos sentimos muy honrados de que el Papa Juan Pablo II viniera a declarar el pueblo Campo Santo.

Ahora, ocurre algo similar, hay estudiosos, sociólogos, investigadores, por ejemplo, Alfredo Molano e Ivan Cepeda, que nos cuentan qué pasa en el país, más allá de lo que dicen los medios al servicio del Estado. Miles de fosas comunes, desaparecidos, desterrados, contratos extraños para explotar nuestras tierras, nuevos ricos, corrupción, más pobreza. Y sin embargo, estamos sordos.

En fin, me une a ti la literatura, este amor por las letras y tu manera de contar que desde mi juventud me han seducido. A pesar, reitero, de que he tenido fuertes choques contigo, por la manera como a veces utilizas la prosa para desquitarte con nosotras. Esa conciencia de género, el valor de ser mujer, lo despertó en mi Gustav Flaubert cuando leí “Madamme Bovary”. Ella, era una mujer romántica, independiente, autónoma y estaba por encima del bien y del mal. Una mujer aguerrida para enfrentar a esa sociedad inquisidora, que hoy persiste.

¿Sabes, mi Mario, que los hechos ocurrieron en Francia, hace muchos años, no obstante, la sociedad no ha cambiado mucho?, ves el escándalo que se globaliza porque la Bruni posó desnuda y el mundo no se inmuta con 52 millones de personas muriéndose de hambre? Convierten en noticia que un actor de Hollywood, sexómano, representará a un Presidente latinoamericano en una película, sobre la Operación Jaque? La gente desahoga sus tristezas frente a las pantallas del televisor o del computador, viviendo con intensidad todas las mentiras que les muestran. Volvamos a Emma Bovary, ya no recuerdo, si en mi lectura, ella era una mujer hermosa. Pero su historia sí era muy interesante. Y lo interesante de las historias o de la gente, también hace que las personas luzcan hermosas ante nuestra mirada.

La mujer con tesón, poniendo lágrimas y muertos, está ocupando el lugar que le corresponde en el mundo: Ser la primera, ser la mejor. La sociedad le debe esta reparación desde Eva. Sin ella, sin Eva, es posible que el mundo hubiera sido muy aburrido. No sólo eso, sino que la historia no hubiera tenido a quien echarle la culpa del pecado y de la muerte. Ella, Eva, la mujer, es en verdad, el paraíso.

En tu obra, el tema de la mujer, sigue siendo un saldo sin resolver. En una carta anterior te decía que me había reconciliado con “Las travesuras de la niña mala”, y te expliqué, la sentí como una reivindicación a nuestro género. Aún queda mi alma inquieta, cuando leo algunas expresiones tuyas, por ejemplo, te ensañas con Adriana en “Lituma en los Andes”, en medio de su ocaso y fealdad, encuentras en ella, el asomo de la belleza juvenil. La vuelves fofa, bruja, desagradable, prostituta, y a la vez, sabia. A través de Tomás vives el amor con Mercedes, ella es bella, ingrata, egoísta, estafadora, prostituta, y al final, ama. Por ahora, te dejo allí la idea.

“Lituma en los Andes” la publicaste en el año 1993, hace 15 años. Retomas la historia de los pueblos indígenas del Perú, la vida en la sierra. Las diferencias entre los habitantes de la sierra y la ciudad; los orígenes de “Sendero Luminoso”, la miseria y la explotación que acompañan consuetudinariamente a nuestros pueblos latinoamericanos; la corrupción al lado del poder (¿o a la inversa?), la nueva forma de dominación: el narcotráfico; la soledad. Nos trasladas a esos atardeceres fríos, oscuros y violentos. De la sierra del Perú a Cómala (México), “Pedro Páramo” de Juan Rulfo; diálogo de muertos, o estar muerto y no saberlo, masacres, pobreza, pueblos arrasados por la violencia que habita como dueña también en los campos de mi país. Manuel Zapata Olivella también lo contó en “Chambacú, corral de Negros” y aquí, sigue reinando como señora, fortaleciéndose con masacres.

La literatura es el lente transversal que une nuestras realidades, nuestros países sobreviven a la usurpación, la colonización, la corrupción. Las letras se pulen para contar “Cóndores no entierran todos los días” Gardeazabal, escribió la historia de los pájaros, los asesinatos desde 1948 hasta 1954 en Tuluá- Valle, cohonestados por el gobierno, 3700 muertos en el Norte del Valle. Ahora, 54 años después, un paramilitar confiesa 1500 homicidios, no tenemos la manera de contar las fosas comunes, ni las madres, esposas e hijos saben a dónde han ido a parar sus seres queridos o sus restos.

Los poderosos siguen enriqueciéndose y contratando y arrojando de nuestra fértil tierra a miles de campesinos. Las multinacionales siguen explotando nuestras riquezas naturales y la herencia y la riqueza del mestizaje no aflora. La desconfianza natural del indígena, la permea a hora la televisión. La alegría y el carácter libertario de la raza negra, la opaca el exceso de trabajo o el desempleo, el hambre. Los sémaforos de nuestras ciudades están habitados por familias enteras de desplazados. Somos obedientes y desorganizados; la tristeza de Pedro Páramo, de Lituma, de los desterrados, desaparecidos, secuestrados flota en el ambiente; pero cualquier noticia sensacionalista es como la tecla delete del computador, la suprime.

La literatura es el lugar de entrada a la verdad escrita con arte, la historia desgarradora y bien contada. Nos cuenta la tragedia, pero nos da esperanza. Porque mi Mario, ¿qué sería de nosotros, sin amor, sin ilusiones, sin esperanzas? Es posible que no nos arrebate el amor hasta la locura, ese amor pasional y juvenil de ayer; pero amamos y el amor es una salida afortunada.

En este orden de ideas, te he hablado de escritores colombianos, te contaré que en estos días un escritor vallecaucano Julio César Londoño, publicó una novela : “Proyecto Piel”, con él no me ocurre como contigo, que sólo eres parte de mi fantasía, eres virtual, sólo te conviertes en mi realidad cuando me sumerjo en tus letras. Pues, debes saber, que a este escritor sí lo conozco en carne y hueso, es mi maestro. Quiero contarte de su novela, me hizo recorrer cada sentido del ser humano, es una cátedra perfecta, lúdica y sabia sobre la categoría del “sentir”; despertar a la conciencia de lo que somos, percibimos y hacemos…Allí, también estaba el amor, el más puro, el de la madre, y el otro, el excitante, de una forma poco tradicional, pero total.

Cuando comencé a leer “Proyecto Piel”, estaba terminando “Historia de la Violencia en Colombia” de Germán Muñoz, Orlando Fals y Gerardo Umaña. Ya sabes, la manía que tenemos las mujeres de hacer varias cosas al mismo tiempo. Entonces, mi esquivo amante, te diré, que los escritores colombianos, contaban nuestra historia, con situaciones reales, sin editar; la pugna centenaria entre liberales y conservadores, el Bogotazo, los orígenes de la guerrilla, la organización que hizo “Tiro fijo” de la misma, en 1949 cuando lo dejaron salir de una cárcel de Ibagué-Tolima, pues el hombre salió a dar línea, se le juntaron otros cuatro y los financiaban prestigiosos exponentes del partido Liberal. Además se movió casi en círculo durante cuarenta años por “El Valle de las Hermosas”, Tolima y Huila. O sea, mi corazón, que el Estado siempre supo dónde estaban.

Mario, en mi país Comala, de Juan Rulfo; Naccos y los pueblos serranos del Perú, con sus dolorosas tragedias se multiplican. Aquí tenemos masacres en Chambacú, Ituango, El Charco, Bojayá y no terminaría de enumerarte todas las desgracias que padecen nuestros campesinos, por la codicia y la irresponsabilidad social de algunos.

Por suerte, en medio de esta realidad que asusta, la literatura, las letras, el arte, el amor crean palabras y se resisten a perecer, a callar a ocultar. En mi país, la rebeldía se hace palabra.

V

Mi amado Mario, la perseverancia impide que se aborten los proyectos; y a veces, tomamos distancia necesaria de ellos; pero la energía propia de la vida nos encauza de nuevo.

Te escribo, porque a través de ti, puedo realizar un recorrido de amor por la literatura con una línea de fuga hacia la realidad.

Pasó mucho tiempo sin escribirte, porque tú formas parte de mis sueños y es tan simple; no se sueña todo el tiempo; se vive, se trabaja. No obstante, sigo juiciosa “Leer hasta la locura” como escribió Enrique Buenaventura; mientras leía tu obra magistral, la que salvarías de un diluvio “Conversación en la Catedral”, donde el protagonista conoce a su padre, no de manera física porque él, lo crío; sino como ser humano, a través de la historia y de la voz del otro. De nuevo, en tu obra aparecen la política y la dictadura, unidas en matrimonio; presentes en América Latina, como si nuestro continente estuviera condenado por la historia a padecerlas. A sufrir las heridas del culto a la personalidad y la adicción al poder que los dictadores infringen a nuestros pueblos.

Sabes, mi Mario que en el año 2009, el número de desaparecidos en mi país fue de 16.000 personas¿Te imaginas el dolor?; ¿Qué los recursos económicos del Estado para fortalecer la agricultura, en nuestra tierra bendecida por la fertilidad, en lugar de entregarlos a los campesinos, los desviaron de manera legal para las familias más ricas?; ¿Qué, tal vez, contados mal, más de 1.800 jóvenes fueron dados de baja por ser “guerrilleros”; cuando en realidad, la mayoría de ellos, pertenecían a familias humildes e iban en búsqueda de anhelados empleos?

Mario, estamos en campaña presidencial y nuestro pueblo, olvida tan rápido; como dice Héctor Abad Faciolince en su obra “El olvido que seremos”. Mi querido Mario, cada vez nuestra capacidad de asombro ante el absurdo y la crueldad se desvanece.

Entonces, la literatura se convierte en una fiel compañera, excelente pedagoga; lo has sido tú, a través de tus obras; lo es también, Gioconda Belli, ella, en “El Infinito en la palma de la mano”; Allí, en el paraíso, te sientes Adán, te encuentras como hombre; yo, como mujer, me sentí Eva. Y es tan claro, que fue ella, quien abrió la puerta del conocimiento, a través de la Pedagogía, de la pregunta: “Eva, Eva, nunca te cansarás de preguntar”; no se cansó, porque fue nuestra primera maestra, y también la primera filósofa: “…Sí algo tenía claro era el tamaño de su ignorancia, su mente llena de visiones y voces para las cuales no tenía ninguna explicación. Dejó de interrogarse y se abandonó al peso de su primer sueño”.

Gioconda Belli, en su obra plantea la incertidumbre , no saber qué esperar, qué pasará, estar ajenos al determinismo. Te encuentras con ella, tú y muchos escritores latinoamericanos. William Ospina, por ejemplo, se ha convertido en una voz de conciencia; primero nos hace recorridos históricos, nos recuerda que somos un país de conflictos que nuestras realidades obedecen a rencores políticos, a falta de identidad, de conocimiento y nos formula la pregunta por la franja amarilla, años después, sumergido en la literatura, en la lectura de la realidad; en el acto creativo nos dice que es verde. Entonces, reflexiono y creo que la paz es un proceso largo, incierto, que a ella se llegará por medio de la Educación, del conocimiento; que en Colombia debemos buscar el equilibrio, en todo y cuando trato de profundizar en el equilibrio; pienso que la paz tampoco tiene color.

Luz Dary Echeverry Serrato

Docente Humanidades Institución Educativa Eustaquio Palacios.

Cali.

Corrección de Prueba: Lic. Jaime Osorio- Docente I.E. Eustaquio Palacios.