Tres Madres Guerreras

TRES MADRES GUERRERAS
In Memoriam: Cecilia Núñez (10 de agosto de 2007)
Beatriz Gómez (11 de agosto de 2007)
Gloria Prado (13 de agosto de 2007)

Hace muchos años el Circulo de Lectores publicó una colección de novela histórica, titulada “Los Reyes Malditos”. Hoy esta mente frágil no recuerda autores ni precisiones, pero respetará derechos de autor con el uso apropiado de comillas, cuando sea necesario.
En uno de los libros de la colección hay un relato sobre una bella quinciañera, bella por su juventud y físico. Se enamora al estilo de “Julieta” o “María” de un atractivo muchacho de 16 años, tipo “Romeo” o “Efraín”. Disfrutan un apasionado romance en una ciudad francesa. Deliran fundidos en caricias y abrazos. Se comprometen desde sus tiernas edades y su amor sincero a compartir su vida juntos, a través de la alianza matrimonial. La cual se realizará al regresar el enamorado de un corto y obligatorio viaje a España.
El pacto de amor nunca se cumple. El caballero no regresa. La niña desilusionada, lo espera y llora el abandono durante un año. Luego se interna de manera voluntaria como monja en un convento hasta el final de sus días.
El autor escribe acerca de la magnífica Sabiduría Divina que esconde a los seres humanos su destino. Califica como suma bondad al permitir que en esos besos y abrazos antes del viaje, los jóvenes no supieran que se estaban despidiendo para toda la vida. El muchacho en el viaje fue asaltado y asesinado. La novia nunca se enteró.
Es un pasaje de idilio y de novela, sin que por ello, deje de ser real. Nunca sabemos cuando estamos frente a una despedida definitiva de un ser querido.
Las tres madres guerreras tenían algunas similitudes en sus vidas. Mujeres trabajadoras, forjadoras de familias y abanderadas de proyectos que desarrollaban durante cada amanecer. Vinculadas a la Secretaría de Educación de la ciudad de Cali.
Cecilia y Beatriz eran maestras que se desempeñaban en cargos directivos. Las recuerdo de la siguiente manera:
Cecilia Núñez: La muerte la sorprendió trabajando en su Institución Educativa –Ciudad Modelo-, se apresuraba a dejar todo organizado para disfrutar desde el siguiente día de sus vacaciones y un viaje, por primera vez, a México. Era una ilusión y una pequeña libertad financiera que su recién adquirida Pensión de Gracia, le permitía.
Recién cumplidos los 55 años, madre de dos hijos, abuela, aún en la tarea de ayudar a sus hijos a salir adelante. Soñaba con verlos organizados, profesionales y realizando sus proyectos. Tenía hábitos saludables: vegetariana, ningún vicio. Actuaciones siempre moderadas, correctas; voz y presencia discreta. Templanza. Cálida para expresar cariño. Nos despedimos en un Acto de Lanzamiento de un libro y vídeo de mi autoría. Nos abrazamos, me felicitó y se alegró sinceramente por este logro. Estaba emotiva, satisfecha y sonriente.
Su sepelio se realizó el día programado para el deseado viaje a México; Cuando por fin, empezaba a disfrutar una mejor calidad de vida, después de 35 años de trabajo, dedicados a la educación. Descansa en paz, Cecilia. Salud y bienestar para tus hijos huérfanos y su descendencia.
Beatriz Gómez: 56 años de edad, recién adquirida su pensión. Madre de dos jóvenes damas. Supervisora en el cargo, aguda y constante en la formación de sus hijas. Carácter estricto, mesurada y jovial. Trabajadora hasta los últimos días que la enfermedad se lo permitió. Solidaria y atenta. Dio la batalla hasta el último minuto de su vida, para no irse. Ella no se resignaba a separarse de sus amadas hijas. Siempre pensó que su partida era prematura. Tenía fe en nuevos despertares.
Nos despedimos esperando un ascensor que dejamos ir. Estaba convaleciente de su último tratamiento. Nos dimos un abrazo sincero. Sus últimas frases eran de esperanza y gratitud. Me prometió que siempre me recordaría. Descansa en Paz, Beatriz. Salud y bienestar para tus hijas y su descendencia.
Gloria Prado: Recién cumplidos los 55 años. Pedía un año más de vida. Madre de dos hijos jóvenes. Administrativa, técnica y estricta. Trabajadora incansable de jornadas extenuantes. Dedicada por entero a su familia y su trabajo. Disfrutaba de la compañía de su familia y amigos. Formaba a sus hijos en el principio de la responsabilidad. Elegante y sobria en sus expresiones. Radical en sus convicciones. Trabajó hasta el último día que la enfermedad se lo permitió. Luchó con energías a pesar del duro tratamiento para alcanzar su pensión. Soñaba con dejar amparados así a sus hijos para que pudieran terminar su educación superior. Cuando comenzó su agonía, su mejor amigo, Silvio, le dijo: “Gloria, tenés que dar la batalla”, y, ella, ya con dificultad para hablar, le contestó: “Yo la estoy dando Silvio, hasta el final”. Nos despedimos en el mismo acto al que asistió Cecilia. Un cálido abrazo de reconciliación, felicitaciones, alegría sincera por el logro, y ese día, ella estaba radiante. En sus ojos se reflejaba una alegría cargada de fe. Descansa en Paz, Gloria.
Salud y calidad de vida para tus hijos y su descendencia.
A estas tres madres, la muerte les arrebató el sueño de acompañar un poco más de tiempo a sus hijos.
Las tres tragedias se juntaron en agosto de 2007, partieron del mundo tres compañeras. Al irse en casí cuatro días, las tres. Me advirtieron que la estabilidad familiar debe ser un trabajo diario. Desde esos días, abandoné las locas ideas de construcciones en cemento, de proyectos a tan largo plazo. Compro seguros de vida para enfermedades catastróficas, para lo que sea. Trabajo duro. Además leo y escribo, por si acaso, no alcanzo a dejar como herencia la educación superior de mis hijas, dejarles por lo menos, un techo donde vivir y algunas enseñanzas, a través de las letras.
Gloria Prado celebraba los cumpleaños de sus amigos en su hogar. Una reunión allí, era tradición, el cumpleaños de su amigo desde su juventud: Silvio Borrero. Era un rito cada 14 de agosto anunciar el encuentro para festejar. En ese cumpleaños de su entrañable amigo, fue el sepelio de Gloria.
PLEGARIA
Dios, Padre bondadoso, te encomiendo a todos mis seres queridos, a mis amigos y amigas en esta oración. Te ruego que nos des tiempo para cumplir nuestras misiones. Una buena vida y buena muerte. Que alejes de nosotros la opulencia, la riqueza excesiva, pero también, que por favor, la miseria y la pobreza no alcance nuestros hogares. Regálanos sabiduría para reconocer y enmendar a tiempo nuestros errores.
Para pedir perdón sin soberbia y con humildad cuando hayamos ofendido. Ayúdanos a reconocer las despedidas con nuestros seres queridos; que estas sean gratas y nos dejen dulces recuerdos, así como fueron mis despedidas con Cecilia, Beatriz y Gloria, quienes aún con su partida, como una señal de vida me indicaron que estaba tomando decisiones equivocadas.
Dios nuestro, Gracias por todas las bendiciones que nos das. Gracias porque en agosto del año 2007, a pesar de tanto dolor, entendí y comprendí a la Virgen María como Madre, su sufrimiento al ver torturar y asesinar a su hijo.
Una mujer duerme plácida y tranquila hasta el día que es Madre; luego, vuelve a hacerlo, en la eternidad.
Dios Concédenos la gracia de ayudar a nuestros hijos e hijas a salir adelante, para que puedan gozar de las escasas oportunidades de desarrollo que este mundo ofrece.
Gracias Dios mío por tantas bendiciones, por nuestra salud, trabajo, por tener un techo y un lecho donde descansar, por nuestros hogares, familias y amigos.
Gracias Cecilia, Beatriz y Gloria por sus vidas como ejemplos de vida, dignos de seguir.
Amén.
¡Feliz Cumpleaños Silvio!, Que Dios te conceda terminar tus misiones y miles de nuevos despertares. Tuviste un año de pérdidas juntas, Gloria, tu madre, un hermano, muchos amigos y familiares. Disfruta cada día, cada amanecer y cuenta tus bendiciones. La vida te espera.
Luz Dary Echeverry Serrato
Cali, 14 de agosto de 2008.